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Las opciones terapéuticas para el abordaje del cáncer se han incrementado en los últimos años, lo que ha permitido prolongar la vida de nuestros pacientes y mejorar su calidad de vida. En este último punto, se centran diferentes esfuerzos para intentar aunar supervivencia y calidad de vida a través de un manejo óptimo de la toxicidad aguda y crónica de los tratamientos oncológicos. Dos órganos especialmente sensibles al tratamiento antineoplásico son el corazón, por su limitada capacidad de regeneración y alto consumo energético, y el pulmón, por la importante morbilidad y evolución progresiva resistente al tratamiento en el contexto de una toxicidad farmacológica. Por ello, en la siguiente revisión se realiza un recorrido sobre las principales manifestaciones de la toxicidad cardiopulmonar de los clásicos y nuevos antineoplásicos junto a los últimos avances en el conocimiento de su mecanismo molecular.
Palabras Clave: Toxicidad. Cardiovascular. Pulmonar. Oncológico.
Ángel Artal Cortés , F. Javier García Tirado , M.ª Ángeles Gotor Lázaro
María Isabel Galante Romo , Enrique Redondo González , Jesús Moreno Sierra
Fernando Puebla Díaz , Raquel Benlloch Rodríguez
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